Hemos rescatado este DIY que publicamos en nuestra web antigua hace ya un tiempo. En aquel momento os hablamos de la falta de tiempo que teníamos los padres para compartir con nuestros hijos. Hoy, por una situación que ninguno de nosotros a escogido, podemos disponer de ese tesoro que es el tiempo, para realizar aquello que siempre dejábamos para otro día.
Os dejamos leer lo que escribíamos en ese momento:
Por desgracia, muy a menudo los padres no disponemos de todo el tiempo que nos gustaría para dedicar a nuestros hijos. Pero si este tiempo lo invertimos de manera intensa, por ejemplo, realizando actividades manuales, conseguiremos fortalecer las relaciones y crear nuevos vínculos. Además, las manualidades fomentan la creatividad, la imaginación y generan un ambiente perfecto para las relaciones familiares y sociales.
Las manualidades son una actividad estupenda para prevenir y resolver dificultades, porque permiten que los niños se expresen y den rienda suelta a su creatividad a través de actividades que disfrutan. También sirven para entrenar diferentes áreas y permiten a los pequeños desarrollar y afianzar sus destrezas, fortalecer su tonicidad muscular y adquirir, por ejemplo, en el campo de la motricidad fina, una mayor soltura y coordinación de sus deditos y manos.
Coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa, nos ha parecido que no había mejor ejemplo que mostraros este post, donde interactuamos con nuestros hijos para decorar unos divertidos huevos de pascua.
Para esta manualidad solo os harán falta una docena de huevos, unas macetas pequeñitas (por ejemplo, las que se utilizan como semilleros), pintura, rotulador permanente, tierra, algún brote verde o flor y cualquier cosa que os guste para adornar el tiesto, como lacitos, borlitas de colores, paja, tiras de papel de colores...
Solo tenéis que hacer un agujero en los huevos para poder vaciarlos (os podéis ayudar de una aguja para hacer el corte más preciso), lavarlos, y ya estarán listos para que los niños los pinten a su gusto. Podéis dibujarles una carita con el rotulador permanente y rellenarlos de tierra para poner los brotes o las flores que habéis escogido y decorar la maceta con borlitas, paja o cualquier cosa que le dé un toque personal.
¡Y listo! En este caso, el resultado es lo de menos, lo que cuenta es pasar un buen rato y disfrutar de estos días de vacaciones con nuestros hijos.
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